Escribir

Carta al eminente doctor y profesor Sigmund Freud

“Estimado doctor Freud: asistí a su conferencia. Fue iluminadora. Su tesis sobre la represión de los instintos para la vida civilizada es brillante. Doctor Freud, mi existencia era una lucha conmigo mismo, pero usted me ha reconciliado: podré atender mis instintos y aun así aspirar a un civilizado: la escritura. Como pluma de escritura usaré un cuchillo de carnicero y como papel, la carne humana. Gracias, mein artz Freud”.

Guillermo Cano Rojas. Finalista del VI Concurso Internacional “Microterrores”. Editado en Diversidad Literaria, 2020.

Sin ti (fragmento)

Sabía que te marcharías, pero nunca consideré que fuera tan pronto. Me di cuenta apenas entré en tu jardín. La evaporación de tu impronta se hizo patente, y mis ojos se empañaron de lágrimas. Tus rosales sin regar te aguardaban mustios, y sus bellas rosas de otros tiempos, soltaban sus cansados pétalos sin vigor. Añoraban tus manos que pudieran liberarlas del sufrimiento lento de la muerte. Solo van quedando tallos con espinas, muestran su rabia y la mía, cuando al aferrarme a ellos derramo pétalos de sangre.

Victoria Carreres Pérez.

Adán, Noé y la futura Eva

“2021. Huracanes, incendios, calentamiento global y el colmo: bacterias y virus mutantes como el Marburg. Adán y yo contemplamos aterrorizados desde la Estación Espacial Internacional Gateway cómo el ser humano se ha extinguido. El laboratorio de Suiza Apocalipsis guarda la única vitrificación de óvulos fecundados. Sin dudar, nos lanzamos a por Eva y sus descendientes.”

Estrella Fernández Vázquez. Seleccionada del VI Concurso Internacional “Microterrores”. Editado en Diversidad Literaria, 2020.

Belleza efímera

Conmovida por el alboroto de colores en el jardín, ella dijo «qué belleza tan efímera» y él, que la observaba de soslayo embelesado por su perfil de diosa, replicó «la belleza, si efímera, es aun más hermosa». Ella, sin intuir su suerte, sintió envidia de la rosas rojas, que lucían orgullosas sus perecederos terciopelos. Él ya no contuvo más sus instintos. La lluvia la descubrió entre los incipientes tallos de los tulipanes la siguiente primavera.

Estrella González Prieto. Seleccionada del VI Concurso Internacional “Microterrores”. Editado en Diversidad Literaria, 2020.

Adagio

“Hubo un tiempo en el que Amanda fue feliz, pero una oscura noche se cruzó en su camino un vampiro sediento de sexo. Le arrancó la ropa con violencia y la obligó a bailar el adagio más amargo de su vida. Jamás volvió a ponerse las zapatillas de ballet. Aquella noche la joven bailarina se desintegró.”

Silvia Peña Ferrándiz. Seleccionada del VI Concurso Internacional “Microterrores”. Editado en Diversidad Literaria, 2020.

Fragmento

“… ni siquiera había luna, la oscuridad era casi física. Pero sabían que eran piratas, generales, duendes, obispos, pescateros, equilibristas, carteros, electricistas, operadores…
Y sin saber nadie porqué, a una muda señal de la cálida noche, todos se quitaron sus ropas de extras de película o los uniformes de operarios, y en el más absoluto silencio, empezaron a amarse entre sí, por si acaso se acababa el mundo.”

Olga Reinoso Zapatero.

El trigal

Alrededor de todo cuanto veo
te encuentras rebosante Madre Tierra,
el misterio de la Vida alumbras
con el agua, el sol y la simiente
que se funden en gracia con su madre.

En ti brotan los hermosos trigales
que la brisa acaricia,
y prometen las espigas la comida
del festín que se dan todas las aves.

Me gustan tus colores avellanos,
trigal verde y amarillo dorado claro,
y recrear valles y paisajes
que hacen abrir mis ojos admirados.

Ante la belleza natural yo me humillo.

Remedios Boronat Gregori.

Ciego

Sentí muros de acero en derredor,
yo, que creía saber amar,
buscaba sombras en la niebla
con mi pecho abierto, ansioso
de caricias, besos y dulces palabras.

El bosque era demasiado profundo
y me sentí perdido. Solo los besos
me rescataron y después me arrojaron
hacia un oscuro vacío deshabitado.
Ignoraba que los caminos del corazón

son difíciles de seguir, sin dejar
algunas migajas de pan por las veredas.
Recorrí caminos ignotos, alejándome,
mirando sin ver y diciendo palabras mudas.
No sabía que mis córneas estaban cosidas,

que mi boca no sabía articular palabras,
que mi alma también estaba perdida,
que mis manos solo reconocían
la geografía de su cuerpo y calentarlo
con las brasas de su piel clara.

Guillermo Cano Moreno.

Viento de otoño

No entiendo la coreografía de las hojas,
entregadas al disfrute sin saber por qué.
Sin oponerse las lanzan a la deriva,
mientras siguen inmersas en su placer.

El murmullo del viento provoca
pensamientos encontrados en mi sien.
Aparecen sinfonías que desconozco
y en su murmullo me balancean,
y surcan mis recovecos sin cuartel.

Me ofrecen ser hoja sin retorno
y sin amarres que sujeten mi piel.
seguir por inciertos caminos,
cruzar montañas, llegar al mar,
y en la inmensidad de sus olas renacer.

Victoria Carreres Pérez.

Los caídos

Han caído,
ya conocen el tacto del ocre.
Están en el suelo,
miopes de impotencia.

Si el hierro es fe
y la sangre liturgia
¿puede la corteza ser refugio?

Yo no sé de credos.
En mis aguas, los minerales
siempre acuden a las fiestas.

Los caídos deben aprender a respirar.

Carmen Rus.

Liana

Sin rostro ni sangre soñé ayer
que yo era rama de una liana
y gozaba con el silencio fiero del bosque
y la selva relumbrante.

Atrapada en el tronco del arbusto,
con los cánticos de savia verde
leí en mi tallo versos para mi ser
entre llamaradas de primavera.

Vi el sol entrar en los verdores del amanecer
y en el espejo del río invadiendo la vida sin paso.
Abrí los ojos
y pensé en el oasis.

Neuma Santos.

Mi ropa hablará de ti mañana

Se escapaba la tarde en aquel parque
a pesar de los abrazos y de las manos enlazadas,
a pesar de los deseos, sin permiso, se escapaba la tarde.

Alejados de miradas indiscretas,
bajo el halo de promesas de dulzura,
la noche hiere mientras la sombras se apoderan de ella.

En la intensidad del momento
brillan sus pupilas bajo la suave brisa,
pero el silencio grita las palabras ausentes.

Un beso marca la despedida.
Mi ropa hablará de ti mañana.

Ana María Sola.